Este día comenzó con una alegre celebración eucarística, impregnada de la fe de María, cuya Natividad celebramos. Mons. Joao Bosco Barbosa de Sousa, ofm, obispo de Osasco, presidió la liturgia, que reflejó maravillosamente la dimensión internacional de nuestra misión, mientras alabábamos juntas al Señor en swahili, portugués, italiano e inglés.
Durante la mañana, Hna. Annamaria Gasser continuó iluminándonos sobre la realidad económica de nuestra Congregación, subrayando que debemos aumentar la colaboración y el apoyo mutuo para avanzar en el apostolado y la solidaridad con quienes están en dificultad.
Nos animó a vivir la economía de comunión como lo hacían los apóstoles, poniendo en común todos los bienes. La sociedad actual también está reconociendo que la humanidad sólo puede progresar si comparte los recursos destinados a todos. Esto significa no sólo una comunión de dinero, sino de experiencias, recursos y obras.
Un aspecto importante de esta economía de comunión es la transparencia en nuestra administración. La transparencia es signo de amor a nuestra labor apostólica, porque las directrices administrativas no representan falta de confianza, sino apoyo a un apostolado fructífero.
Por la tarde continuamos la reflexión personal sobre las presentaciones de estos días, en preparación al trabajo grupal que comenzará el 9 de septiembre.
